jueves, 10 de abril de 2014



El Comercio es uno de los sectores más dinámicos de la actividad humana. Para el adecuado desarrollo de las actividades que se dan en nuestras tiendas, grandes almacenes y centros comerciales hay que garantizar unos requisitos básicos de salubridad, seguridad, confort y eficiencia. Los objetivos que perseguimos con el mantenimiento de estos requisitos son de sobra conocidos:
  • Bienestar, captación y fidelidad de los clientes.
  • Bienestar y productividad de los empleados.
  • Eficiencia en el negocio.

También, la construcción sostenible de nuestros edificios y locales y el diseño y uso basado en la eficiencia energética son unas de las bases en las que se debe asentar la responsabilidad social de la empresa.

Vamos a ocuparnos de los requisitos que afectan al confort térmico de las personas en un local comercial. “EL BIENESTAR TÉRMICO es aquella condición en la que existe satisfacción respecto del ambiente térmico”, según lo define la norma UNE-EN ISO 7730. Convertir esta definición en parámetros medibles no es fácil. El principal y más conocido es la temperatura, pero hay muchas más variables que interactúan entre sí haciendo variar el equilibrio térmico que experimenta una persona y, por tanto, su sensación térmica: la humedad relativa, la temperatura media radiante, la velocidad del aire, la vestimenta o la actividad física. Existen otras condiciones que afectan negativamente al bienestar térmico de las personas, como son: las corrientes de aire, la diferencia de temperatura entre suelo y cabeza, los suelos demasiado calientes o fríos ola asimetría grande de temperaturas radiantes (de una pared o un techo).



Hay que hacer notar que las personas no sentimos la temperatura del aire sino el calor que pierde o gana nuestro cuerpo. En ello influye tanto la temperatura seca del aire del local como la temperatura radiante de las superficies circundantes, además de la humedad y la velocidad del aire. Para integrar la influencia de la temperatura del aire y de la temperatura radiante media (difícil de medir), existe el concepto de temperatura operativa, que integra la influencia de ambas. Por ejemplo, en un local con calefacción por suelo radiante se podrá regular su temperatura en el termostato de control en el ambiente a una temperatura más baja que en un local calefactado por aire. En el primero, la temperatura operativa será mayor debido a la radiación uniforme del suelo.




Fuente: CARRIER
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